martes, 22 de enero de 2013

Mea culpa…






 “Nunca hables de política y religión”. Frase harto socorrida en las reuniones sociales, sin duda acuñada por quienes no desean ser cuestionados, quienes prefieren el dogma de fe al pensamiento libre y consiente. No es de extrañar que la religión Cristiana haya sido el medio de control occidental a partir de la conversión del Emperador Constantino. Durante la edad media la monarquía y la religión dominaron casi todos los ámbitos del conocimiento occidental, y fue hasta el renacimiento donde el hombre común pudo por fin adentrarse en las entrañas de la ciencia y las humanidades, fue entonces cuando pudo compartir los frutos de su conocimiento sin el temor de ser llevado a la hoguera, no sin la crítica y la descalificación de la clase dominante claro está.

La monarquía es el resultado de esa maquiavélica complicidad entre lo divino y lo terrenal, hicieron la mancuerna perfecta para subyugar a los pueblos durante cientos de años, nadie sube al trono sin el respaldo divino, es por ello que las coronaciones son bendecidas por el representante del Señor en la tierra y es así como ambos poderes se legitiman y protegen en aras de un beneficio común.

El pecado es pues, un boleto de primera clase a las entrañas del inframundo, a los nueve círculos del infierno que esperan con sus tormentos a quienes cometan un pensamiento o acto impío. 

Los siete pecados capitales fueron instituidos por el Papa Gregorio Magno en el siglo V basado en los escritos del Santo Cipriano de Cartago y el Monge  Evagrio Póntico y son:      La soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la lujuria, la gula y la pereza. Estos pecados o vicios forman culturalmente un tabú paradigmático en las sociedades que “gozamos de la religión católica y sus derivados” según Friedrich  Nietzsche el uso de la culpa es un medio de manipulación en la sociedad, si vemos de manera objetiva  cada uno de ellos,  tomaremos conciencia de que son rasgos característicos de la naturaleza humana, es decir, son actos o pensamientos que de manera cotidiana serán parte de nuestra vida. 

Al sembrar actos naturales en nuestra psique como acciones fuera de toda moral y buenas costumbres se convierten en una pesada carga que se arraiga a nuestro ser. ¿Pero cómo podemos tener valores que vayan en contra de nuestra naturaleza? , ahí está la trampa, cuando cometemos una acción que va de la mano con nuestros instintos naturales automáticamente sentiremos culpa, y ese sentimiento nos hará  indefensos y dependientes de un perdón. ¡Pero no hay que preocuparse! pues siempre habrá algún representante del cielo que posee  la concesión o franquicia única y exclusiva para el perdón de los pecados. El será el encargado de liberarnos de la culpa, ya que posee  el derecho de exclusividad en este mundo para acercar a nuestras almas al reino de El Señor.

De esta manera  se genera una dependencia psicológica con nuestros captores de espíritu. Algo así como el síndrome de Estocolmo. Con estas líneas no intento minimizar la importancia de tales reglas ya que han sido indispensables para el desarrollo de la sociedad, cualquier exceso es perjudicial para la vida y tranquilidad del individuo, sin embargo considero que es un tema interesante para compartir, no tengamos miedo a poner sobre la mesa los temas que resultan polémicos, liberemos nuestras ideas  y enseñemos a nuestros hijos a ser entes pensantes, enseñémosles  a ser hombres libres.






lunes, 14 de enero de 2013

"Entre el clavel y la rosa, majestad..............."




Recuerdo el libro de “El nombrede la rosa”, en ella se percibe la visión medieval sobre el pecado y el intento de la oligarquía católica de esconder el  conocimiento bajo el precepto de que el saber te hace dudar de la existencia de dios, un aspecto a destacar es la crítica del padre prior hacia la risa, se refería a ella como un comportamiento animal que nos hacía parecernos a los monos. Tal vez en el aspecto físico tiene razón, además somos descendientes directos.

A qué viene todo esto, a que la educación que generalmente se nos da, es la de comportarnos como seres acartonados para así parecer responsables y respetables, cuando en realidad el ingenio y la creatividad vienen acompañados de momentos de humor, viene a mi memoria Francisco de Quevedo y Villegas uno de los más importantes representantes de la época de oro de la literatura española, a él le debemos la famosa frase “Entre el clavel y la rosa, majestad usted es coja” , que según cuentan fue dicha a la reina que adolecía de ese mal, Moliere es uno de los principales representantes del genero de la comedia,  Oscar Wilde con su sátira social divertía y escandalizaba a los ingleses, en general la risa ha sido una de las expresiones más naturales, sensibles e inteligentes de la naturaleza humana.

Pero que ocurre cuando entramos en los campos de concentración a edad temprana, se nos limita a no hablar en voz alta, a pedir un turno para hablar, a no reírnos de los compañeros ni de las desgracias de otros, en pocas palabras nos van reprimiendo los sentidos para convertirnos en los perfectos esclavos que escuchan y obedecen, los antiguos espartanos utilizaban el sarcasmo y la ironía para agilizar la mente, en México la utilización de los albures fue un ingenioso juego de palabras con contenido sexual, sin embargo,  la cultura imperante sataniza esta forma de expresión por resultar soez, vulgar de baja clase social, es por ello que va quedando en desuso, ahora las bromas light carecen de ingenio y son mas una forma idiota de reír a la cual poco a poco nos van acostumbrando. 

Una charla amena está hecha generalmente de anécdotas graciosas donde la desgracia forma parte importante de la trama, donde existen juego de palabras, donde el sarcasmo es plato fuerte, pero para ello se requiere ingenio, creatividad, imaginación virtudes que desafortunadamente y en la mayoría de los casos esta fuera de alcance. Son pocos los comediantes que hacen del humor un arte, como Wody Allen quien expresa de forma abierta sus ideas sobre religión, sexo y relaciones de pareja, un humor tan delicado y a la vez tan inteligente que resulta aburrido a las masas acostumbradas al humor burdo e idiota, podría mencionar varios programas de televisión que cumplen con estos rasgos. Marcel Marceau, un mimo francés de nuestro siglo, era capaz de hacernos pasar de la risa al llanto en un segundo, la sensibilidad de expresar sentimientos e ideas con movimientos corporales en medio de un escenario vacío. Por utimo podria decir que a mi juicio Tin-Tan fue el mejor exponente del humor de barriada, con su calo particular que marco una época en el cine mexicano. 

Ahora cuando entramos a una oficina se respira aire de velorio, Martínez sentado en su escritorio y haciendo alguna broma en voz baja para que ningún jerarca lo escuche y pueda ser tachado de irreverente, hoy las risas son apenadas, cohibidas y sin brillo, todo esto parte de una cultura de palabras graves escritas con mayúscula, como si la responsabilidad y las buenas costumbres  fueran confeccionadas en el corte ingles.





                                                              ¡Feliz inicio de semana!








domingo, 6 de enero de 2013

Lunes: ¡MALDITAS SEIS DE LA MAÑANA!



Lunes: ¡MALDITAS SEIS DE LA MAÑANA!

Suena el despertador, son las seis de la mañana, la resurrección es lenta, cinco minutos más, tu mujer se levanta con la misma resignación que te llevara a la regadera en unos minutos más, ella prepara el desayuno, su mirada es cansada, aun no despierta del todo y sabe que tendrá que maquillarse una vez más en el camino para no llegar tarde al trabajo, los niños comienzan con su escándalo, parlotean y se mueven de un lugar a otro, nadie lo aprecia, pero son ellos los únicos que disfrutan de este nuevo día. 

El transito, como siempre, esta a reventar, son las siete de la mañana y todos los esclavos corren ante el peligro inminente de que el reloj checador los señale ante el jefe con una nota roja. La radio y los noticieros amenizan el trayecto con noticias intrascendentes que no afectan ni benefician al oyente de manera directa, o al menos eso piensan ellos. Los que tienen la fortuna de poseer un auto, climatizan el ambiente y elijen que escuchar durante la próxima hora, los otros, los esclavos de a pie, luchan por conseguir un hueco en el transporte público, ese que cada año exige un alza en la tarifas, millones de almas viajan apretujadas día con día dentro de esos contenedores de carne que los acercan a su lugar de trabajo, millones de sueños desplazándose por la ciudad de la esperanza.

¿Cuando murieron nuestros sueños de la infancia? ¿Cuando dejamos de hacer lo que queríamos? ¿Cuando perdimos la esperanza?  Ahora compramos a crédito y vivimos esclavizados a la tienda de raya, hoy aguantamos a un mequetrefe que por asares del destino se encuentra en el organigrama por encima de nosotros, soportamos aburridas juntas donde los tópicos a tratar están muy alejados de los temas que nos acercarían a la felicidad. Comemos lejos de la familia y dedicamos el menor tiempo al disfrute de nuestros hijos, descuidamos nuestros cuerpos y nuestro espíritu. Los viajes postergados, los libros acumulándose en el buro de la recamara, la bicicleta con las llantas desinfladas y al igual que nosotros, en un avanzado estado de oxidación.

Nuestros hijos dejaran de ser pequeños, los abuelos y nuestros padres morirán, la mujer que amamos se irá apagando poco a poco al igual que nosotros. Es tiempo de despertar, este fin de semana disfrutamos de la alegría de nuestros hijos al ver cumplido un sueño junto al zapato ¡juguetes nuevos!, nos dimos ese espacio en el tiempo para volver a ser niños, no dejemos que la monotonía de los días nos regrese a la somnolencia de la vida rutinaria. Busca un espacio para recuperar tus sueños, para hacer lo que siempre has querido, date tiempo para leer, jugar, reír, pero sobre todo, date tiempo de disfrutar a las personas que amas.




Si vamos a ser esclavos, no seamos esclavos de nuestro trabajo, seamos esclavos de nuestros sueños.

¡Feliz inicio de semana!